Leer reseñas de procesadores o elegir uno al comprar no es tan emocionante como elegir una tarjeta gráfica, pero este componente informático no es menos importante. Un ordenador puede funcionar sin una tarjeta gráfica independiente, pero sin un procesador, es inútil.
Escondido bajo un radiador y un ventilador, el procesador permite que tu ordenador funcione correctamente año tras año. Sin embargo, cualquier equipo puede fallar tarde o temprano. Esto también puede ocurrir con los procesadores.
No siempre sucede de repente. A veces, el procesador te avisa con antelación de que algo no va bien. Los cuelgues, las reinicios, el cierre forzoso de aplicaciones o el sistema operativo pueden indicar que hay problemas en el funcionamiento del procesador.
Por supuesto, puede haber otras razones para todo esto. Las fallas pueden ocurrir en la tarjeta gráfica, el almacenamiento, la fuente de alimentación, la memoria RAM o la placa base. Si has revisado todos estos componentes y su estado no te preocupa, es probable que el culpable sea el procesador.
Inicio de sistema fallido (POST)
Si el ordenador no pasa la prueba POST, que es un proceso de autocomprobación al encenderse, si no aparece la pantalla de inicio y escuchas varias señales sonoras, puede que el procesador sea el culpable. El ordenador puede no arrancar debido a diferentes componentes, por lo que puedes intentar usar otra placa base o otros módulos de memoria.
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El procesador suele fallar en último lugar, pero si no tienes suerte, será él quien falle. Si tu procesador está overclockeado, funcionando a frecuencias de reloj más altas, esto puede ser la causa de su fallo. Esto no ocurre a menudo, pero es posible.
Cuelgues periódicos del sistema
Otra señal evidente de un fallo de hardware son los cuelgues periódicos del ordenador, incluso si no estás haciendo nada especial con él. A veces, el sistema funciona bien después de reiniciarlo, pero luego vuelve a colgarse. Una vez más, pueden ser otros componentes los culpables, no solo el procesador. Si la causa es el procesador, deberías empezar a ahorrar dinero para comprar uno nuevo.
Otros componentes son bastante fáciles de comprobar, cambiándolos o realizando un diagnóstico. Si funcionan bien, la causa puede estar en el procesador.
Cierre forzoso de aplicaciones y pantalla azul de la muerte (BSOD)
Si los programas que usas normalmente empiezan a cerrarse de repente o Windows muestra regularmente la pantalla azul de la muerte (BSOD), puede que el procesador sea el culpable. Windows tiene herramientas para ver los eventos para encontrar la causa del fallo. Si el código de error o la descripción están relacionados con la tarjeta gráfica o el almacenamiento, es posible que el procesador no tenga nada que ver. La pantalla azul de la muerte también puede mostrar un código de error.
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Si estos fallos y el BSOD ocurren cuando el procesador está funcionando con una carga alta, es muy probable que él sea la causa de los problemas. Las cargas altas pueden ser los juegos, la edición de vídeo o las transmisiones en directo. Sin embargo, un procesador defectuoso puede causar fallos incluso en reposo.
Reinicios repentinos
Si el procesador está a punto de fallar, el ordenador puede reiniciarse periódicamente. Esto ocurre sin previo aviso en el momento más inesperado: cuando estás navegando por la web, viendo un vídeo o incluso sin hacer nada, solo con el ordenador encendido. Antes de reiniciarse, el ordenador puede dejar de responder a las acciones del usuario durante un tiempo.
Primero debes descartar todos los demás componentes del ordenador. Si has comprobado la memoria, la tarjeta gráfica y todo lo demás, y todo funciona, la sospecha recae sobre el procesador. La placa base, que tiene muchos componentes, también puede ser la fuente de los problemas, ya que uno de ellos puede haber fallado.
Sobrecalentamiento del procesador
Si el ordenador se enciende correctamente, no hay reinicios, fallos, pantalla azul ni cuelgues, puede parecer que todo está bien. Sin embargo, si miras los indicadores de temperatura del procesador, puede que sean demasiado altos. Puede que el culpable sea un enfriador mal instalado, una pasta térmica mal aplicada o una configuración incorrecta de la BIOS. Puedes intentar solucionar estos problemas.
Si el procesador está defectuoso, su temperatura puede alcanzar los 70-80°C sin cargas altas. Si la reinstalación del enfriador y la pasta térmica no ha solucionado el problema, es posible que el procesador haya fallado. En ese caso, pronto tendrás que comprar uno nuevo.
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Conclusión
Los síntomas descritos anteriormente son desagradables y son señales de que el procesador está a punto de fallar, pero esto ocurre raramente. Es más probable que la unidad de estado sólido se desgaste o que falle uno de los componentes de la placa base. Las tarjetas gráficas también fallan con más frecuencia que los procesadores. Las fuentes de alimentación también suelen fallar. Si no puedes realizar el diagnóstico de todos estos componentes por ti mismo, deberás llevar el ordenador a reparar.
En el caso más sencillo, se ha estropeado uno de los módulos de memoria RAM o el almacenamiento. Cambiarlas no será difícil y no será caro. Si es el procesador, solo queda agradecérsele por los años de fiel servicio. La sustitución del procesador puede significar un cambio completo de los componentes del ordenador, es decir, la placa base, la memoria y el enfriador. Es probable que la tarjeta gráfica, el almacenamiento y la fuente de alimentación sean compatibles con la nueva placa base, por lo que podrás conservarlos y ahorrar dinero en ello.